Que la noche se acabe, que se
escondan las estrellas, que me oculten el otoño, al llegar la primavera. Que de
mis ojos tristes, son cansadas lágrimas capaces, de dormir en invierno y
resisten, a lo que más falta les hace. En mi llanto y mi locura, en mi alma y
en mi voz. En un cuarto que esté a oscuras, embriagándome de ron. Por no estar
no estoy seguro, que te juro por amor, te conservo como un lujo, del que hambre
tengo atroz. A dos en la soledad más triste, adiós en la vanidad persiste. Un
recuerdo que me viste, y un llorar calma mi ardor. Y tanto despacio como con
brisa, la prisa rómpeme una flor, en el valle se divisa, que odio tanto como un
dios. Y es que no puedo sino escribir, tal cual palabras surgen de mis
adentros, en mi estúpida vida vivir, lo que por fingir han sido sueños.
¡Bienvenid@! ¡Estás en el sitio indicado para impregnarte de nuevas sensaciones! Encuéntrate cara a cara con los delirios de un vividor inquieto que intenta darle sentido a todo lo que le rodea: estados de ánimo, sentimientos, injusticias... ¡Disfruta de la aventura dando rienda suelta a tu imaginación!
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