¡Oh!, grandioso lecho donde
descanso mi pecho. ¡Oh!, ligero colchón donde duerme mi canción. Sobre tu fino
cuerpo recorre una pequeña brisa de aire que me hace descansar. ¡Oh!, mi señora
cama. ¡Oh!, mi dulce hogar. No puedo despertar una vez dentro. ¡Oh!, mi gran
amada, caigo en ti como muerto en guerra. No me puedo despegar de esa llama que
hace arder mi corazón. ¿Qué disparas hacia mí con tanta pasión? Es solo un
juego de palabras del que no puedo escapar. Me atormenta la idea de
abandonarte. Un dulce jugo recorre mis insensibles dientes para brotar en mí.
El valor se funde con el bochorno de la calle y las mentiras no suenan en mi
cabeza. ¡Oh!, complaciente señora, déjame no despertar sino seguir durmiendo,
para una vez dentro poder morir a tu lado. En tu suave almohada se desploma mi
pesada mirada, cerrada por las cortinas del alma. En ti es donde puedo hacerlo.
En ti puedo respirar. Respirar lo que en la más alta de las montañas no puedo.
Entra en mis pulmones el dócil aire para ser expulsado en forma de mariposa.
¿Qué más puedo pedir? Dime tú, amada mía, dime tú. Si ni con tu sendero
recorrido ni con tu cuerpo vencido me dejas marchar y alegras mi dulce vida que
transcurre solo sobre ti. ¡Oh!, apacible cama, ¡en ti mi sueño no tiene fin!
Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte. A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P
muy buena
ResponderEliminarPreciosas palabras que salen del corazón del poeta
ResponderEliminarGracias..
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