A tientas suelo ir buscando a la gente. A tientas suelo dar con perderme para luego volver a encontrarme. Así está el panorama de mi vida, cuando a tientas comienzo a sentir algo por alguien y, a tientas, así me va. A tientas alargo mi mano para encontrar el interruptor de mi felicidad que, por lo que veo, yace apagado, o eso espero. A tientas intento encenderlo y le digo a ella y a cien más que voy construyendo mi reino y que, aunque parezca aletargado, sé que al final de esta frase comentaré «Logrado» .
¡Bienvenid@! ¡Estás en el sitio indicado para impregnarte de nuevas sensaciones! Encuéntrate cara a cara con los delirios de un vividor inquieto que intenta darle sentido a todo lo que le rodea: estados de ánimo, sentimientos, injusticias... ¡Disfruta de la aventura dando rienda suelta a tu imaginación!