Ensimismado vuelvo a abrir el armario donde guardé la tinta con la que escribo. Lleno de rabia y arrepío intento sumergir mis penas en alcohol. El ansia del desconocimiento, el ansia del querer saber… Y otra vez sentimientos de culpa que no debo cargar. Tal es la dejadez… tal es la vida que quiero lejos, tal es el negro atardecer. El miedo a la noche, a la locura. Evado palidez reprendiendo mis soleadas cuyas toscas mantas agobian mi timidez. Un don, un sacrificio anulando un perdón, rogando el desengaño. Esa mole de humo seco que nubla mi harén, y descansan la hipocresía y la inmadurez. Ese grito apuntando bajo salpicando olas de fraternidad. Paz. Insólita paz. Culpa y culpa es la pulpa de mi embriaguez, anhelo sentirme lejos o no encontrarle un porqué. Paro. Paro ya sin derramar más sangre, y guardo el odio y la desconfianza en mí mismo para fundirme con el viento y los tejidos mi cuaderno.
¡Bienvenid@! ¡Estás en el sitio indicado para impregnarte de nuevas sensaciones! Encuéntrate cara a cara con los delirios de un vividor inquieto que intenta darle sentido a todo lo que le rodea: estados de ánimo, sentimientos, injusticias... ¡Disfruta de la aventura dando rienda suelta a tu imaginación!