El abandono, una pintada de un olvido. Una sombra rota de una foto
velada, una sorpresa. El desengaño de pesadillas necesario para salir de los
dulces sueños. Un suelo junto a un mandamiento. —Mira, un hada que me acompaña.
Un corazón de hierro y de miel una espada—. Acorde con la luna la creación de
una cerveza, el jugo de tus plumas y el vaivén de mi cabeza. Un silencio,
silbando canciones de tristeza y pena, un helado de fantasía que recorre por
mis venas, lo que un día fuese el escape a mi condena. Al final empiezo por el
principio de Arquímedes, un corazón ahogado en llanto aumenta su volumen de
sangre derramada… Una vela que se apaga
en la desazón de una mina vacía, un desespero, una alegría. Cantando suaves mentiras
y una cortina que todo cubría. Un velo incendiado por la fogosidad de una
persona, el deseo de amar y la condición desproporcionada, lo que distingue la
vida excretada de un beso que apenas apasiona…
Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte. A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P
Comentarios
Publicar un comentario