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Mostrando entradas de mayo, 2016

CAMINO AL OLVIDO

En la ingravidez de los sentimientos vacíos, en lo más hondo de un alma muerta. No me puedo negar que la amo, no puedo obviar su belleza. Quizá no sean más que unas letras, una triste careta para ocultar mi usura. Mi desgaste pútrido y mis manos solas. Mi soledad. Sólo yo y ella. Sólo yo, solo. Marchitando hacia un adiós que para mí es ingrato. Perenne, caduco, ¿qué será? No puedo sino escribir, no me queda vida en el cuerpo, no me queda aliento y me siento muerto. No soy fuerte y soy negativo, no sé por qué, para qué, ni por quién vivo. Dicho esto, no me importa caer en el olvido. Herido. A veces siento lo cobarde que he sido. Y duele, cómo duele. Triste y dolido.

QUE LA NOCHE SE ACABE

Que la noche se acabe, que se escondan las estrellas, que me oculten el otoño, al llegar la primavera. Que de mis ojos tristes, son cansadas lágrimas capaces, de dormir en invierno y resisten, a lo que más falta les hace. En mi llanto y mi locura, en mi alma y en mi voz. En un cuarto que esté a oscuras, embriagándome de ron. Por no estar no estoy seguro, que te juro por amor, te conservo como un lujo, del que hambre tengo atroz. A dos en la soledad más triste, adiós en la vanidad persiste. Un recuerdo que me viste, y un llorar calma mi ardor. Y tanto despacio como con brisa, la prisa rómpeme una flor, en el valle se divisa, que odio tanto como un dios. Y es que no puedo sino escribir, tal cual palabras surgen de mis adentros, en mi estúpida vida vivir, lo que por fingir han sido sueños.

EL TORO, TRISTE

Espléndido al sol luce su ternura, gemidos de aliento pueril, la inocencia más pura, un crío. Bambolea sus cuernos crecientes jugando con amigos, al aire, y carreras por el campo siendo libre. Crece. Libre. O eso parece. No sabe que un día sufrirá, no puede saber lo que le viene encima por ser valiente. Por ser fuerte. Ya se lo llevan. A ese toro bonito, ya se lo llevan. Para la plaza, para las calles de algún pueblo de garrulos de tradición bananera. Movimientos de pavor y apenas algún respiro entre embestida y embestida. Ataques. Lo que por naturaleza un animal jamás haría… Triste, muy triste es ver cómo lo que hoy nos hacen llamar “personas” acudan a ver cómo sufre ese toro, ese toro que comenzó siendo un pequeño cachorro que a todos les gustaba y daban cariño. Triste es dañarle cuando no tiene oportunidad de defenderse. Triste es ver cómo la sociedad este maltrato defiende. Luego todos pediremos paz y un gobierno libre de corruptos, una vida sin cáncer ni enfermedades creadas p

LIBERTARIO

Me llaman revolucionario, pues pido mi libertad, llamadme lobo solitario, pues grito mirando al mar. Hablan de libertades, hablan de revolución, escapan con mis verdades, a mesa puesta y sin compasión. Bandada de pájaros misiles, que dicen sin ton ni son, palabras faltas de abriles, que chocan con mi razón. Y por perder que no hay más gusto, que justo es mi corazón, las balas que tanto busco, perdido en mi habitación. Y por sentir que más me vale, cantarle a la sinrazón, me harán perder los cabales, si quedo afónico y sin voz. De la necesidad, de la falta de cortesía, de las virtudes, del abuso de hipocresía, de lo atronador, del exceso de alevosía, del excremento de todo eso, de ahí nació mi poesía.

EL DÍA Y LA NOCHE

¿Polos opuestos? ¿Vida y muerte? ¿Tanto como para decir que todo acaba en un cementerio? El día es como la vida, y la noche es la muerte. El día es el principio y la noche el final… ¿Es cierto? Desde nuestros antepasados se ha dividido la existencia en día y noche. Pero estos dos procesos, ¿son tan diferentes? ¿Son consecuentes o alternativos? ¿Tienen una razón de ser? Estos dos fenómenos son completamente iguales. Los dos son vida. No tienen por qué estar separados. Cada uno tiene sus características pero no se puede afirmar que primero va uno y después otro. No se puede decir que la muerte sea el final. Aunque todo lo que conocemos en esta vida tiene final, todo principio va seguido de un final. Todo lo que empieza, acaba. Pero, ¿es esto cierto? Yendo más allá de lo que se puede demostrar, estos dos procesos podrían ser lo que dota de sentido a las cosas. Todo puede formar parte de un principio, o de un final. Aun así, podemos explicar muchos fenómenos de hoy en día. Pero eso no e

EXPRESO MI DOLOR (A Javier Ruiz Rubio)

Quiero expresar mi dolor. Siento amargura, no encuentro solución. Pura bravura envuelve mi interior. El ardor de la ternura, alrededor. En mi voz, en mi yo interno. En mi rol, mi papel en mi cuaderno. Jadeando a una sangre que ya no calienta, calentando algunos ojos que por llorar ya no alimentan. De llorar, lágrimas invisibles, lágrimas intangibles, únicamente, lágrimas de corazón, de valor, de simpatía. Un alma que fue conocida y brutalmente se aleja fría… No puedo, a veces, ni respirar. No huelo, a seres, que están por terminar. Y eso me asusta. Me disgusta tanto el padecer que es impredecible que pueda elegir perecer. Como el alba me atormenta cuando me gusta la luna, como el agua me alimenta cuando el cariño me ayuna. Oh, tanto dolor. Oh, tanta diluvia. Tanto frenesí en un corazón olvidado, ronco, amargo. Tanto que decir de un joven marchitado. Mis respetos para Javier Ruiz Rubio D.E.P

Y VOLVER A ESPERAR

Y volver a esperar… con el miedo a la incertidumbre, el duro despertar. Levantarme pensando de nuevo en su cara. A la vez temiendo con pies descalzos andar el camino resbaladizo de la verdad. A todos tarde o temprano nos amenaza la verdad. Una realidad que se hace inminente cuando no dejamos de pensar en la duda, en el qué pasará. Siento otra vez la misma estaca de yeso que nubla mis pensamientos y me deja ciego ante cualquier hoja de papel. Necesito su piel más que antes y aunque las uñas arañen fuerte no cejaré en el empeño. No permitiendo a mi sangre brotar porque duele un tanto más la que no brota. En mi corazón puñaladas de fruta del amor prohibido que ese es el real. Prudente es la persona que cierra sus ojos ante una carretera llena de caminos. Púas de filo limadas y colgando de mi pecho hacia delante, con escarcha del rudo frío que pasa uno en esos momentos. Ni en nieve enterrado desnudo ni bañado en un mar de mentiras. Vuelta a escuchar el mismo cantar, como se fija el enam

AMOR A LA MÚSICA

Amor a la música, incondicional. Pensar que mi guitarra es mi mejor compañera. Desear sentirla una y otra vez junto a mis oídos. Escuchar sus poesías hechas trocitos filtradas por mi alegría, disuadiendo la pena. Una flor en la arena decorada con una tajada de avena. Digo yo, ¿qué más necesito? Qué más que tus afinadas cuerdas rozando mi piel. Hace tiempo dejé de soñar porque solo pensaba en una canción. Cómo una melodía de tus dulces labios puede comprometerme a tan bello baile que destino a tu persona. Más y más agonía. Temor para levantarme pero lo hago. Temor es al acostarme cuando de acariciarte no paro. Mi camino en tu lógica se vuelve absurdo para cobrar sentido. En un cobre colorado, un pecho colocado justamente y por necesidad. Es increíble que suenen tan acordes tus palabras. Estalla en mí alevosía de un manjar de exquisitos refranes. Rugosa la mirada y en papel envuelta me guías siempre al mismo sitio. Trajeada y dispuesta, en trapos o como sea. Por donde vine se fueron un

ODA A LA CAMA

¡Oh!, grandioso lecho donde descanso mi pecho. ¡Oh!, ligero colchón donde duerme mi canción. Sobre tu fino cuerpo recorre una pequeña brisa de aire que me hace descansar. ¡Oh!, mi señora cama. ¡Oh!, mi dulce hogar. No puedo despertar una vez dentro. ¡Oh!, mi gran amada, caigo en ti como muerto en guerra. No me puedo despegar de esa llama que hace arder mi corazón. ¿Qué disparas hacia mí con tanta pasión? Es solo un juego de palabras del que no puedo escapar. Me atormenta la idea de abandonarte. Un dulce jugo recorre mis insensibles dientes para brotar en mí. El valor se funde con el bochorno de la calle y las mentiras no suenan en mi cabeza. ¡Oh!, complaciente señora, déjame no despertar sino seguir durmiendo, para una vez dentro poder morir a tu lado. En tu suave almohada se desploma mi pesada mirada, cerrada por las cortinas del alma. En ti es donde puedo hacerlo. En ti puedo respirar. Respirar lo que en la más alta de las montañas no puedo. Entra en mis pulmones el dócil aire para