sábado, 28 de mayo de 2016

EL TORO, TRISTE

Espléndido al sol luce su ternura, gemidos de aliento pueril, la inocencia más pura, un crío. Bambolea sus cuernos crecientes jugando con amigos, al aire, y carreras por el campo siendo libre. Crece. Libre. O eso parece. No sabe que un día sufrirá, no puede saber lo que le viene encima por ser valiente. Por ser fuerte. Ya se lo llevan. A ese toro bonito, ya se lo llevan. Para la plaza, para las calles de algún pueblo de garrulos de tradición bananera. Movimientos de pavor y apenas algún respiro entre embestida y embestida. Ataques. Lo que por naturaleza un animal jamás haría…

Triste, muy triste es ver cómo lo que hoy nos hacen llamar “personas” acudan a ver cómo sufre ese toro, ese toro que comenzó siendo un pequeño cachorro que a todos les gustaba y daban cariño. Triste es dañarle cuando no tiene oportunidad de defenderse. Triste es ver cómo la sociedad este maltrato defiende. Luego todos pediremos paz y un gobierno libre de corruptos, una vida sin cáncer ni enfermedades creadas por y para nosotros. Luego somos todos muy liberales y muy modernos. Pero si el poeta relata es porque se os ve a la legua. He aquí un gorrión que observa y demuestra que en pleno siglo XXI todavía enseñáis vuestra parte de palurdos, catetos, zafios, paletos al fin. No pidamos la paz ofreciendo la guerra, no queramos soñar si no amamos la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PERDERME

Me perdí, me perdí, me perdí. Me perdí por las noches buscándome en los bares. Y sufrí y reí y sufrí... por haberte dado tanto y ahora no ...