En un sofá se duerme y también se está despierto. A veces echamos a
volar las locuras de nuestros sueños, regamos algunas palabras que nos brotan
desde muy dentro. Vemos rugir a los sueños y vemos lo rápido que pasa el
tiempo. O lento, según el momento y la compañía. Si está siendo compartido el
alegre final de un cuento o estamos viendo una peli que nos está llegando muy dentro.
En un sofá se sueña y también se está despierto.
Desde un sofá se valora lo animales que nos estamos volviendo. Se
vierten gotas de café de las noches de insomnio y viejos reencuentros. A un
sofá se le grita igual que también se le grita al viento.
En un sofá se detiene el tiempo, se pasan noches en vela completando
líneas en un cuaderno.
En un sofá, por costumbre, te faltan las horas.
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