Pues nada. Así de la nada me surge esta necesidad de escribir para nada. No tratando nada en concreto. O tal vez sí, pero no importa nada. Me ahogo en un vaso de agua y miro dentro y no hay nada, pero nada de nada. Nada desde que tú no estás. Y quizás me ponga muy pesado al escribirte, pero es que si no es así no me sale nada. Para nada quiero que pienses que te echo de menos, pues intento que tú para mí ya no seas nada. Así que nada alejándote de mí que no quiero nada. Estoy feliz y si me preguntan por qué, diré que por nada, pues nada me hace más feliz que no tener nada por lo que preocuparme. Aunque también puede ser que el hecho de no tener ese "nada" sea la causa de mi desgana y que me quite las ganas de luchar por nada. Porque ¿para qué?, si no sirve para nada.
Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte. A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P
Comentarios
Publicar un comentario