Me levanto, sin sentido me derivo
por la senda del destino donde nacen los delirios que me llevan caminando. Sin
estilo, me arrepiento cabalgando por si no escucho mi llanto de palabras
pronunciando con ternura mi despido. Este misterio que la vida nos ofrece, nos
llena de mugre y con los años empobrece. Solía cantar, reír, bailar, solía
contar las nubes que los pájaros cortaban. Solía fingir, sangrar, resistir…
solía romper los mares que luchaban contra mí. En este infierno de poca desgracia,
de tanta sabiduría y tanta tinta. En este sin fin de hoja bravía, de tantos
tachones hechos con alevosía. Muero en una imagen para renacer ardiendo, vuelvo
a clamar al cielo si no estás en mi cuaderno. Si no estás en estos textos, si
no tengo tu hermosura, no puedo sentirte dentro y grito al viento con locura.
Abrid, dejadme llorar aquí, que mis lágrimas sean persistentes como las gotas
de Abril.
Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte. A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P
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