lunes, 17 de octubre de 2016

MUSA PASIVA

Y vuelvo a escribirte, entre llantos y discordias. Mi corazón enaltecido por la rabia de una reina. Mi musa, tolerante y pasiva. Tus celos y flechas en mí como niebla por no decir miel. Dame una flor para cantarte y sentir lo que éramos cuando unos juveniles esposos de la maravilla infancia. Idólatra es mi cariño que profesor primero para luego ser niño. Ricino en mi corona cual sangra mi vida y mi destino, haciéndose presente en forma de poesía en una carta junto al vino. Vino de antaño que calma mi atención y desprovee mi ira. Alimenta mi acongojo y el pensar en mi señora. Mi escritura, vana y sabia con fervor rompe la mina donde guardas mi camino. El elegir la cuestión a tiempo equivocada sollozos repentinos a un amante que pidió ser y no ha sido. Divino y mi vino es parecido al lagrimeo de un bebé cuando estoy contigo. Tu aferrada voluntad y mi posesión de estos desdichos. Pausado siempre y contrasto lo que somos tú y yo en el universo. No sino dos planetas que los juntó el azar y pagan su vida entera por estar unidos. Arco de controversia y abandono, largo de azúcar y de pimentón rojo. Mojo mis manos aclarando mi infravalorada vida. Cuando beber puede hacer mucho daño y nos venden lo contrario. Volviendo al cariño, volviendo a ser un niño. Equivoco mis intenciones severas de amor y odio y modifico mi destino. Y una cosa me digo, ya y sin más preámbulo, me despido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PERDERME

Me perdí, me perdí, me perdí. Me perdí por las noches buscándome en los bares. Y sufrí y reí y sufrí... por haberte dado tanto y ahora no ...