Hasta que llegue a mis entrañas, mientras que llueva a raudales dentro de mis infiernos no pensaré que vernos es el peor de todos los males. La causa de mis penales, que hace los arenales que mueven el suelo y resbalen todos mis encantos con tinta y me sale todo imaginativo y absurdo en este cuaderno... De esta oscuridad ya nada apenas se puede sacar que una brizna de aire precario que huele a corazón oxidado, a hiriente metáfora que degüella ferviente sin dejar palabra para la esperanza. Que hace que sienta inerte cualquier pellizco de vida que suene tan fuerte que los oídos reviente de esta familia mediocre, que somos los artistas que vivimos del aire que se escapa de vuestras estúpidas opiniones... marchito como la brevedad de una poesía, cansado como el que espera sin esperar nada en la vida.
Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte. A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P
Comentarios
Publicar un comentario