No me vengas con historias, déjame libre. No me hagas perder por ti la vida cuando alegre marchas hacia otro destino y separas mi ansia y me llevas a la ruina. No me hagas hacer cosas que no quiero, como no quererte. Me relajo por conocerte aunque tarde, mejor que nunca haberlo hecho. Voces me decían que esto pasaría y sordo caminé a tu lado. ¿Para esto me querías? ¿Hasta aquí me traías? ¿Y bien? Qué asco... Perdón por la expresión pero no puedo reprimir esta mierda. Tanta parafernalia para nada... ¿Cómo? ¿Para siempre? ¿Para... siempre? Para siempre esto ha muerto.
Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte. A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P
Comentarios
Publicar un comentario