Ya no podemos ser felices juntos, y no
sabes cómo duele aunque a veces parezca que ni pienso en ti. Tantas horas de
cariño, todo el tiempo que empeñamos, era nuestra historia… No es una queja, no
es un hasta luego, no es una declaración de culpa, no, aquí no hay culpables,
sólo dos almas que se separan, dos chavales que continúan caminando cada uno
por su lado… Esto no es uno de mis poemas, es mi adiós, una carta de despedida,
el punto y final que pongo a nuestras ganas de vivir unidos. No puedo escribir
y no llorar, al igual que no se le pueden quitar las hojas a todos los árboles
del mundo… No te escribo esto para pedirte nada, ni para recriminarte, no, sólo
que la fuerza, el ímpetu, la rabia, los sentimientos al fin y al cabo no
entienden de horas, ni de espacio ni de tiempo, y es mi momento, el momento
para escribir, zanjar todo atisbo de esperanza que hubiera podido pensar. La
música enternece mis oídos y el corazón alberga todo tipo de recuerdos, tanto
los buenos como los más duros. Tanto, que he llegado a pensar que alguien sopló
la vela de mi deseo. Nuestros días juntos fueron indescriptibles. Son ahora
como una balada que estuvo siempre por terminar… o como un cuadro que parece
precioso sólo por eso, porque murió como una flor lo hace al germinar. El arte
no entiende de colores, no entiende de formas, normas, no más entiende de
enseñar, de mostrar, nuestro arte es un escaparate, donde todos miran al pasar
y, quizás alguno se pare, sienta lo que sentimos en aquella época, o quizá lo
ignore. Nuestro arte no está aquí para un fin que no sea el de respetar,
nuestro arte es transparente, porque sabes qué me gusta la palabra libertad. Es
bonito esto que escribo pero no es bonito para mí, no, quizá preferiría estar
escribiéndote una canción como tantas otras veces hice. ¿Dónde estás? Por las
noches grito al cielo, ya lo sabes, y esas noches no te encuentro, ¿dónde
estás? La lluvia entra por mi ventana y me arropa el alma, y aunque parezca
sacado de una canción es lo único que me calma. Que relaja mis oídos, que
desata mis delirios y los hace renacer, una hoja que ha nacido y se niega a decaer,
se alimenta de mi brillo y no me deja terminar, para ahogar con mis escritos
una pena, una más. Llorarás, pero eso es la vida, olvidarás, disfrutarás,
amarás, te ilusionarás pero al poeta que estás viendo podrás sólo recordar.
Como el niño tan risueño que un día te enseñó a volar, y más tarde fue el
adulto que no puedes olvidar, que no has podido atrapar, pues sus alas son tan
grandes que no caben donde estás, en tu jaula que es de hierro no han hecho más
que sangrar, intentando acomodarse sin mirar a los demás, fusionarnos como uno
en las noches de sollozos, pa pintar constelaciones que ahora ya han quedado
atrás…
¡Bienvenid@! ¡Estás en el sitio indicado para impregnarte de nuevas sensaciones! Encuéntrate cara a cara con los delirios de un vividor inquieto que intenta darle sentido a todo lo que le rodea: estados de ánimo, sentimientos, injusticias... ¡Disfruta de la aventura dando rienda suelta a tu imaginación!
lunes, 28 de noviembre de 2016
lunes, 7 de noviembre de 2016
ESPECIAL 30 ENTRADAS
Mía poesía. Tan bravía, mi bella, mi bonita. De grandes alas,
misteriosos corazones. Venas astilladas por la pasión, pero por mucho que
duela… hasta la médula. No es otro mi camino que el de reír contigo y junto a
ti, anhelando lo que ambos perdimos y consiguiendo con descaro lo que nos tocó
vivir, unidos. No me apoyo en las metáforas ni me lleno de falsos valores, ni
visto ropas bonitas pa alegrar tristes colores. No. Yo traigo aquí mi estilo,
más sencillo que el olvido que consigo si acaricio con palabras y aparezco como
un niño susurrando mi delirio cuando no siento cariño. Por falta de regocijo,
por la gran alevosía, si es por esto me despido, dando forma a mi poesía.
Treinta poemas me definen, mis escritos son mi luna, mi tintero es para el
baile, de papel en blanco y pluma.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
PERDERME
Me perdí, me perdí, me perdí. Me perdí por las noches buscándome en los bares. Y sufrí y reí y sufrí... por haberte dado tanto y ahora no ...
-
¡Oh!, grandioso lecho donde descanso mi pecho. ¡Oh!, ligero colchón donde duerme mi canción. Sobre tu fino cuerpo recorre una pequeña brisa...
-
Aquí se separan nuestros caminos. Mi amor muere en esta tierra. En este momento se apaga la llama permanente que parecía no cesar jamás. Ho...