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SÓLO LUZ, SÓLO ALEGRÍA

Hoy seduzco a la alegría con mi poesía. Hoy cae la amargura. Se estanca el tedio en el río de tinta que desplomo sobre el papel. Mis andares son hoy bravos, enternecedores y fieros. Rompo las piedras al caminar sobre ellas. Mis pisadas parecen rechazar la invitación del suelo a hibernar en él. Hoy se va todo lo que se llama vagancia. El latido de mi corazón me rompe el pecho de ímpetu, de regocijo. No deja espacio para la pena. Hoy elimina el sol la sombra con sus largos y agudos rayos. Son rayos que queman, queman el odio y la enemistad. Hoy se dice que es un día feliz. Donde no hay lugar para el cansancio ni la monotonía. Donde sólo está la luz y sólo hay alegría. Sólo luz, sólo alegría.

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PAPÁ

Levantarme un día y echarte tanto de menos. Pensar que un llanto no va a cambiar nada. Lo que tuve es lo que puedo recordar, una imagen, sólo un abrazo y daría quince años de mi vida... Una lágrima vale más que todo. Impotencia quizás, no lo sé. Aquí abajo echándote en falta con lo que me gustaría que tú pudieras estar besándome. Todo, todo es superfluo comparado con la importancia de tenerte.  A mis veintitrés años no entiendo todavía el dolor de la pérdida de un ser querido. Ese extraño sentimiento que sólo a veces me atormenta. Y pensar en la fuerza que me das, cuando salgo siempre de la noche arropado por tus manos. Y sentir que lo único que me importa es estar a tu lado. Tal vez por eso ya nada tenga sentido. Yo sé que soy fuerte, aunque muchas veces no lo parezca y si supieras lo que me gustaría que pudieras verlo… En esta vida todo es pasajero pero la trágica pérdida de un ser querido hace mucha mella en nuestro corazón. Bebiendo un vaso de agua me asfixio con sólo pensarlo. ¿P

ODA A LA CAMA

¡Oh!, grandioso lecho donde descanso mi pecho. ¡Oh!, ligero colchón donde duerme mi canción. Sobre tu fino cuerpo recorre una pequeña brisa de aire que me hace descansar. ¡Oh!, mi señora cama. ¡Oh!, mi dulce hogar. No puedo despertar una vez dentro. ¡Oh!, mi gran amada, caigo en ti como muerto en guerra. No me puedo despegar de esa llama que hace arder mi corazón. ¿Qué disparas hacia mí con tanta pasión? Es solo un juego de palabras del que no puedo escapar. Me atormenta la idea de abandonarte. Un dulce jugo recorre mis insensibles dientes para brotar en mí. El valor se funde con el bochorno de la calle y las mentiras no suenan en mi cabeza. ¡Oh!, complaciente señora, déjame no despertar sino seguir durmiendo, para una vez dentro poder morir a tu lado. En tu suave almohada se desploma mi pesada mirada, cerrada por las cortinas del alma. En ti es donde puedo hacerlo. En ti puedo respirar. Respirar lo que en la más alta de las montañas no puedo. Entra en mis pulmones el dócil aire para

ME MATARÉ

Me mataré. Aunque fuerte y brusco el yugo aguante, me reventaré. Aunque de no salir son noches que me acompañes. Y siempre estarás ahí, pues me siento libre por conocerte. Y ya estallaré, cuando me toque venir a verte y crea la gente que te conoce y me miente y me dice que te siente y es, el sonido que perturba el ambiente, de ligeros cascabeles que hacen que el velo pese menos y que sentir y soñar sean dos cosas con un mismo centro. Aunque diferentes. Y que fingir se nos ha olvidado y miro abril y miro a ella y a todas otras. Y me voy. Así.